Indio hermoso
moreno mío,
manantial ancho detenido
esta mañana te he tenido
entre mis labios.
Tu mirada ha mirado por mis ojos
lo desperdiciado del mundo,
y has olvidado un segundo
la miseria en mi piel.
He sentido un ápice fino y dulce
que me atormenta,
tu lengua ha lamido un infinito
y me has dicho: ¡ ámame mujer¡
¡toma de mí cada lunar, cada vello
ensalívalo¡
¡cada poro y su sudor, ámalo,
mujer, libérate en mi pecho¡
¡deja mecerte¡
Mi boca muerde tu boca,
nuestras lenguas se revuelcan furibundas
hasta sentir erecto el trigo que empieza
a amanecer
en la fresca hondura de la aurora.
Soy la amanecida,
mañanera de tus sueños,
exquisito mío, exquisito mío,
oh¡ maravilloso manjar que quema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario