Cómo conoces el chorro de sangre infinito que asfixia
vísceras de mujer,
vísceras de mujer,
y yo sé cómo el hombre debilita su fuerza,
esa jactancia infantil que aternura;
esa jactancia infantil que aternura;
me dejas libre porque la libertad es vasta prisión,
y yo no soy ave de mar que girando la cresta encuentra los límites.
Azuzo a tus toros.
Azuzo a tus toros.
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