lunes, 27 de septiembre de 2010

Un soneto para ti

Tu noche tibia se anida en mis brazos
yo te palpo, te busco y te beso
en mis ropas modestas  te abrigo,
yo doncella, tú carnívoro, hambriento.

Cuánto un día ha juntado el laberinto
muchacho mío cansino en el cielo
me has llevado a cerrar el postigo
y he caído ingenua en tu pecho.

Maravillosa es tu voz de verdad,
pues nací con bozal y mentí
bracearé hasta ti, de ti quiero morir.

La voz del murciélago sólo es la luz
acerca el quinqué a mi pubis febril
que no he de temer embriagarme de ti

No hay comentarios: