entre el frío y la luz.
En mi casa
sus pasos
perduran
ahora,
como ceniza en los techos
y un poco de agua
a los pies
de algún tronco.
sus pasos
perduran
ahora,
como ceniza en los techos
y un poco de agua
a los pies
de algún tronco.
Abro las cortinas cada amanecer
para imaginar
que nuestra conversación
para imaginar
que nuestra conversación
comenzará como la noche anterior
"la vida no fue un rumbo desviado
al desierto,
ni la muerte es ajena
a la algarabía".
"la vida no fue un rumbo desviado
al desierto,
ni la muerte es ajena
a la algarabía".
Acudo a su cuarto
y su risa es un niño que ríe dormido,
que habla y que reza
lo contemplo y
despierta,
despierta,
enredo en mis dedos su pelo,
beso su halo,
nada más
que hablar suavemente
que hablar suavemente
en su mundo de aromas
a fruta de árbol
intacto,
retoños jugosos
a fruta de árbol
intacto,
retoños jugosos
su cuerpo,
que una brisa conduce a llanuras
que una brisa conduce a llanuras
y enciende
el mohín tedioso de olvido;
el mohín tedioso de olvido;
en calles veo sus manos
finos dedos
que una danza agita,
que una danza agita,
así,
yo comprendo que puedo soñar
su rumbo conmigo
por rumbos ordinarios
por rumbos ordinarios
en un mundo que muerde
sus cálices,
sus cálices,
y una flor
lúcida
lúcida
que
el tiempo
el tiempo
marchitará
lejos
entibiará
mis últimos lugares.
entibiará
mis últimos lugares.
1 comentario:
¡Bellísimo! poeta-amiga, de una ternura, fuerza e intensidad que sobrecoje. Hace carne un sentimiento que se percibe indeciso como el viento y como el mar. Y como ellos, deja huella.
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