martes, 19 de octubre de 2010

PREMONICIÓN - Oda al bailaor de flamenco

A mi amigo el bailaor mexicano Alonso Real


I    
¡Silencio¡
¡Silencio¡
Dejad oídos al cristal de sangre
que se aproxima desde lo lejos,
como una espiga que no respira
como un niño en mis brazos muerto.
De oscuro desfiladero se aproxima
un hombre ebrio,
pulsa una sombra
sus tacos
y erguido entre silencios,
que acribillan sus caderas
¡qué muslos¡
¡qué garbo¡
cintura trémula
como vísceras  en llanto.

II
Su torso para sorberlo paso a paso,
cómo estremecen tablaos
su pasión que devora a la flor,
roja gota hierve en su alma
y la flagra en un botón
que se despliega
con  delirio de mascarón
en la mar llena
de peces y estrellas,
y sus tacos gimen su corazón.  
¡Qué peñascos levantaron sus oídos
como perros ¡
¡Qué vastas tierras aplastadas por el sol
perturban a mi sexo¡
con su acorde puro seductor
danza tu danza bailarín varón
que tus relieves no fatiguen
y el tejido de tus manos disuelvan
ese extasiado esplendor,
en el aire acaudalando la magia
del rebenque,
galopa tu cante
moreno gitano indio bailaor
qué llevas caballos briosos
en tu apasionado esternón
sigue como un orgasmo tu baile
mueve cabellos al son,  
lánguido tu rostro ante la voz.

III

Hembra garbosa anhela tu discreta promesa
y  levanta sus  abalorios,
gentil torea sutil tu hormona
quiere unirse a tu escaramuza,
ser  dos sombras disueltas
bajo  lunas silvestres
del bailaor
que de infinita y rotunda constelación
de un ebrio cielo nació
bailaor,
aquel  vigoroso varón.

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