martes, 28 de septiembre de 2010

Creí

Yo no creo en las estatuas, 
las estatuas son dioses que nunca he conocido, 
que nunca han padecido frente al mar al mirarse el corazón. 
Javier Bello


Creí que ya ninguna luz quemaría
mi cabeza
hasta donde el pensamiento
alza su voz de hierros que punzan.
Creí que el camino se había deshecho
con mi cuerpo en una urna viviente,
y hoy tus ojos me miraron
en la oscura posibilidad de atrapar
la eternidad,
esa  calle atiborrada de los dos.

Así he volado de la lumbre antigua,
revolcado mis alas enfermas.

Tu miembro lleno lo he tenido 
confundido a  mí.

Escapar de mi nudo 
será huir del sol,
¿si no tuya de quién?,
y besarte cada dedo
en los silencios.

La llama comienza
a ser lábil otra vez.

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